martes, 19 de junio de 2007

Liberalización de los horarios comerciales

Asistimos hoy a un nuevo capítulo del liberalismo. Ha anunciado Esperanza Aguirre su intención de liberalizar los horarios comerciales. Un paso más entre todos los que dio su predecesor Ruíz Gallardón.

Convendría ahora analizar este suceso a la luz de la economía madrileña. Tendremos que tener en cuenta que a la mayor parte del comercio local, pequeño comercio al fin y al cabo, le resulta totalmente imposible el abrir las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Luego realmente semejante medida, ¿a quién beneficia? Se nos vienen a la cabeza determinadas marcas: Corte Inglés, Carrefour, Zara... Podremos dar tranquilamente un paseo por las calles más boyantes de Madrid para comprobar en manos de quién están esos locales. Paseemos por Preciados, Goya, Velázquez, Serrano... Nada desdeñable es tampoco la influencia china aquí en Madrid, y en el resto de España me atrevería a decir. No tenemos más que comprobar que muchos de sus locales no cumplen ni la mitad de requisitos de los que cumplen sus homólogos españoles, por no hablar de los horarios de trabajo y de la edad de los dependientes.

Les aconsejaría a mis lectores que se leyesen "la Riqueza de las naciones" de Adam Smith, un autor nada sospechoso de socialismo. Se darían cuenta de que para llevar a cabo un verdadero liberalismo todos los competidores deben partir en iguales condiciones. En este caso una tienda de barrio no tiene las mismas condiciones que El Corte Inglés. Es una pena que Adam Smith se opusiese a los monopolios, pero eso a muchos turiferarios del liberalismo se les pasa.

También podemos observar de manera atónita cómo el Estado hace cejación de una de sus más importantes funciones, como es la de regulación de la competencia, o como es también la de redistribución de la renta. La cosa es bastante sencilla: ¿qué es más fácil, que se asocien 10 pequeños comerciantes, que a duras penas controlarán una calle de un barrio, o que se unan un par de grandes almacenes para incrementar los precios en una provincia, comunidad autónoma o país? Por fuerza llego a la conclusión de que se pretende crear monopolios, pero privados eso sí.

Bástenos con contemplar el acoso al pequeño comercio que se lleva realizando desde los años 90. Los nuevos barrios construidos en los alrededores de Madrid no tienen calles comerciales, ni siquiera tienen apenas comercios. Lo único que tienen es un gran centro comercial en el centro que sirve de abastecimiento al resto de personas. Resultado: barrios totalmente desangelados. Pero no hay problema, porque ya recurrirá el señor alcalde al pequeño comercio exhortándole a que no cierre el mes de verano para que los turistas vean que Madrid sí que tiene vida.

Quien quiera entender, que entienda.

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