jueves, 21 de junio de 2007

Terrorismo de Estado

Leía yo hoy que un tal Eligio Hernández, ex fiscal general del Estado (qué querrá significar eso), ha venido haciendo declaraciones de homenaje a unas persona apellidada Galindo. Decía el ex fiscal que había que elogiarle por su perseverancia en la lucha contra el terrorismo (véase http://www.canarias-semanal.com/EXTERNAS/E985/E9850.HTML ). Yo, como de los años noventa no es que me acuerde mucho de la política, porque tenía cosas mejores que hacer como jugar a las chapas (deporte muy entretenido este, y que los niños debieran precticar más a menudo), me he dedicado a buscar por Internet las azañas de semejante héroe. En realidad he encontrado con una serie de noticias que la verdad no me las esperaba.

Resulta que un ex-fiscal general del Estado está elogiando a unos terroristas, pagados eso sí por el Estado. Como dicen muchos de los medios que se han hecho eco de semejante barbaridad, yo me pregunto: ¿cuál es la diferencia entre terrorismo y servicio a la patria? Pongamos un ejemplo claro:
David Ben Gurión. Este hombre fue uno de los fundadores del Estado de Israel. Hasta aquí nada interesante. Pero si investigamos un poco más podemos leer lo siguiente: "Caminabamos juntos al aire libre, Ben Gurion nos acompañaba. Allon repitió su pregunta, ¿ Qué debemos hacer con la población palestina? Ben Gurion movió sus manos en un gesto que quiso decir ' expulsarles fuera' " ( Memorias de Ytzhak Rabin, versión censurada, publicada en el NY Times, el 23 de Octubre de 1979; la Descripción de Rabin sobre la conquista de Lydda, después de la conclusión del Plan Dalet) (para más información véase esta página: http://www.lafogata.org/02oriente/6oriente/historia.htm). De hecho he puesto este ejemplo para refutar a las personas que me puedan argumentar que el terrorismo no da beneficios, y que con terroristas no se puede negociar. La realidad nos demuestra todo lo contrario.

Y de aquí la pregunta más importante: ¿qué es el terrorismo? La RAE nos muestra dos entradas: "dominación por el terror", y "
sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror". Bien, si tomamos estas definiciones y las aplicamos a las accoines cometidas por Israel, por E.T.A., por el gobierno español (examínese el caso que nos ocupa más profundamente) yo mismo me hago otra pregunta: ¿qué diferencia hay entre la violencia ejercida por una "organización terrorista" y la ejercida "legítimamente" por el Estado? Cuando un Estado se dedica a aterrorizar a otas poblaciones, ¿deviene en banda armada? Ya lo dijo el III Duque de Alba: "No dan leyes los vencidos, sino los vencedores", y Cánovas del Castillo más claramente: "cuando la fuerza crea el Estado, la fuerza constituye el Derecho".

Quien quiera entender, que entienda



martes, 19 de junio de 2007

Liberalización de los horarios comerciales

Asistimos hoy a un nuevo capítulo del liberalismo. Ha anunciado Esperanza Aguirre su intención de liberalizar los horarios comerciales. Un paso más entre todos los que dio su predecesor Ruíz Gallardón.

Convendría ahora analizar este suceso a la luz de la economía madrileña. Tendremos que tener en cuenta que a la mayor parte del comercio local, pequeño comercio al fin y al cabo, le resulta totalmente imposible el abrir las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Luego realmente semejante medida, ¿a quién beneficia? Se nos vienen a la cabeza determinadas marcas: Corte Inglés, Carrefour, Zara... Podremos dar tranquilamente un paseo por las calles más boyantes de Madrid para comprobar en manos de quién están esos locales. Paseemos por Preciados, Goya, Velázquez, Serrano... Nada desdeñable es tampoco la influencia china aquí en Madrid, y en el resto de España me atrevería a decir. No tenemos más que comprobar que muchos de sus locales no cumplen ni la mitad de requisitos de los que cumplen sus homólogos españoles, por no hablar de los horarios de trabajo y de la edad de los dependientes.

Les aconsejaría a mis lectores que se leyesen "la Riqueza de las naciones" de Adam Smith, un autor nada sospechoso de socialismo. Se darían cuenta de que para llevar a cabo un verdadero liberalismo todos los competidores deben partir en iguales condiciones. En este caso una tienda de barrio no tiene las mismas condiciones que El Corte Inglés. Es una pena que Adam Smith se opusiese a los monopolios, pero eso a muchos turiferarios del liberalismo se les pasa.

También podemos observar de manera atónita cómo el Estado hace cejación de una de sus más importantes funciones, como es la de regulación de la competencia, o como es también la de redistribución de la renta. La cosa es bastante sencilla: ¿qué es más fácil, que se asocien 10 pequeños comerciantes, que a duras penas controlarán una calle de un barrio, o que se unan un par de grandes almacenes para incrementar los precios en una provincia, comunidad autónoma o país? Por fuerza llego a la conclusión de que se pretende crear monopolios, pero privados eso sí.

Bástenos con contemplar el acoso al pequeño comercio que se lleva realizando desde los años 90. Los nuevos barrios construidos en los alrededores de Madrid no tienen calles comerciales, ni siquiera tienen apenas comercios. Lo único que tienen es un gran centro comercial en el centro que sirve de abastecimiento al resto de personas. Resultado: barrios totalmente desangelados. Pero no hay problema, porque ya recurrirá el señor alcalde al pequeño comercio exhortándole a que no cierre el mes de verano para que los turistas vean que Madrid sí que tiene vida.

Quien quiera entender, que entienda.

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